Concierto de No Te Va Gustar

El pasado domingo día 22 de Mayo tuve la suerte de acudir con un buen amigo al show de No Te Va Gustar

en la Sala Caracol de Madrid. Si bien los pude ver en vivo hace 6 meses con Los Auténticos Decadentes en un concierto memorable, el del otro día fue la reafirmación de que esta banda se encuentra en momento excelente.

La Sala Caracol estaba llena "hasta la bandera". Entre los asistentes se encontraban numerosos uruguayos, algunos españoles y dos conocidos cantantes: el de Ska-P y el de Vetusta Morla.

Eran las 21:20 y el auditorio esperaba impaciente la salida de los músicos. La mejor manera de pasar esos instantes previos era, cómo no, cantando y calentando las cuerdas vocales a las que durante más de dos horas daríamos guerra. Se multiplicaban los cánticos de la hinchada de Peñarol, a favor de Uruguay ("Soy Celeste") y el clásico "Nooo, No te va gustar, No te va, No te va, No te va gustaaar". Y a eso de las 21:35 hicieron acto de presencia sobre el escenario Emiliano Brancciari y sus ocho compañeros. Llegaba el momento que esperé durante estos meses. Rompieron el hielo con el tema "Con el viento", del último disco, al que engarzaron "Fuera de Control". Dos canciones moviditas para abrir el show, tras las cuales saludaron a los asistentes y en especial a Vetusta Morla, grupo con el que han compartido esta gira por España.

Después de esa primera toma de contacto tocaron "Chau", segundo single de "Por lo menos hoy", y justo después los fans empezaron a vibrar al escuchar los primeros acordes de "Al Vacío", saltando con el estribillo de una de sus canciones más conocidas. La pausa la dieron con "La única voz", dedicada por Emiliano a todas las madres.

El recital siguió su curso con más temas del último disco: "Arde", "Cero a la izquierda", "Ángel con campera" y otros de álbumes anteriores como "Te quiero más", "Como si estuviera", "Tan lejos", "No necesito nada" y "El Oficial". Puede decirse que la interpretación de todos estos temas fue la antesala del éxtasis que se vivió a partir de aquí. Con "Clara" y "Verte reír" terminaron por ganarse al auditorio y, tras "Tu defecto es el mío" y "Pensar", llegaron las tres canciones que consiguieron que el público saltara hasta el techo y convirtieran la Sala Caracol en un infierno encantador. "Más feliz", "Tenés que saltar" y "Cielo de un solo color" (con un fan subido al escenario) hicieron que todos los presentes gozaran al máximo.

Iban ya 20 canciones y, antes de amagar con irse, tocaron "Te voy a llevar", entremezclada con unas estrofas de "Todo un palo" de Los Redondos.

El concierto llegaba a su fin pero antes de terminar faltaban dos piezas clásicas de esta banda con las que suelen cerrar sus recitales. Me refiero a "No hay dolor" y "No era cierto", dos hermosos himnos para cualquier despedida. Con más de 23 canciones a sus espaldas y un público entregado Emiliano Brancciari se ganó el aplauso cuando dijo: "El avión para Alemania sale a las 12 del mediodía, tenemos tiempo para seguir otro ratito más". Y, por si hubiera sido poco con lo visto hasta el momento, pusieron el broche de oro con "De nada sirve" (con los versos y la voz de Mario Benedetti al final del tema), "El camino" y "Nada para ver".

En resumen, el concierto se convirtió en un conciertazo gracias a la entrega de los ídolos de No Te Va Gustar. Eché en falta temas como "Los indiferentes" o "Ya entendí", pero el abundante "polvo de hadas" en forma de solos instrumentales y la mágica voz de Emiliano convirtieron la velada en inolvidable.

Os invito a que escuchéis estas dos canciones y a que vayáis a un concierto suyo si tenéis la más mínima oportunidad. Y es que, como dice el juego de palabras:
"No te va a gustar pero no te los puedes perder"